DEFENDEMOS LA VIDA
La vida no es solo un derecho; es un privilegio que debe defenderse siempre
En los últimos tiempos se han desarrollado iniciativas legislativas que promueven la muerte frente a la defensa del derecho a la vida de los más vulnerables. La eutanasia y el aborto se sitúan como “punta de lanza” de este proyecto de destrucción.
NEOS se une en su misión y visión a todas aquellas organizaciones que desarrollan su acción en la defensa de la vida, promoviendo acciones y alternativas a la imposición de la muerte como nuevo y falso derecho. De modo especial, NEOS se alinea con las actividades que desarrolla la Asamblea por la Vida, la Dignidad y la Libertad, que agrupa a más de 100 organizaciones en defensa del derecho a la vida en toda España.
Nuestras convicciones
La muerte no puede ser la solución a los problemas.
Una sociedad que no protege la vida de sus integrantes es una sociedad abocada al fracaso y a la barbarie.
La vida es un derecho y un privilegio; ningún otro ser humano debería arrebatarle este derecho a otro.
Por difíciles que sean las circunstancias, siempre merece la pena defender la vida.
Tenemos la responsabilidad de ayudar a los más débiles, a quienes no pueden luchar por su derecho a la vida.
A qué decimos «NO»
A la ley de la Eutanasia
Si el aborto, su legalización y legitimación, supusieron una primera expresión del mal, la legalización de la eutanasia significa el avance de la “socialización del mal”, entendido como una radical desnaturalización de la dignidad de la persona.
Decimos NO a la eliminación del que sufre en la etapa final de la vida. La Eutanasia constituye un hito muy relevante y un plano inclinado que representa un desprecio de la cultura de la vida y a la dignidad inherente a la persona. En la Eutanasia se socializa el mal, porque la decisión se comparte con más personas, porque la puesta en marcha y ejecución de esta decisión tendrá que ser aceptada por un mayor número de miembros de la familia, incluso más que en el aborto. Lo mismo sucede en el ámbito sanitario y médico.
Decimos NO porque la ley de la Eutanasia es una parte determinante de un proyecto de ingeniería social de carácter global y total, que es obsesivamente contrario al que nos ha enseñado el cristianismo y la doctrina de la Iglesia.
Decimos NO porque no queremos repetir las tragedias que nos ha enseñado la Historia. No hay que ser un historiador para darse cuenta de que las prácticas eugenésicas fueron el prólogo y preludio de la mayor tragedia que vivimos en el siglo XX.
Decimos NO a la Eutanasia, esto es, a causar intencionadamente la muerte a una persona, aunque sea a petición suya, porque es una forma de homicidio, objeto de sanción penal en casi toda Europa y en casi todo el mundo. Hubiera sido necesario un amplio debate social y no haber despreciado a las instituciones más directamente concernidas. Se ha legislado sabiendo que muchas de ellas, especialmente los Colegios de Médicos y asociaciones de personas de capacidades diversas, estaban en contra.
Decimos NO por el desprecio que esta ley significa para los cuidados paliativos, sabiendo además que estos son capaces de hacer desaparecer el eventual deseo de morir, suscitado por el sufrimiento. Estamos convencidos que las escasas peticiones de la muerte son en realidad peticiones de un cuidado adecuado, pues una vez que este se produce, aquellas prácticamente desaparecen.
Decimos NO porque la ley de la Eutanasia significa capacidad de destrucción de la ecología humana. Porque convierte el homicidio en obligación para unos y en derecho para otros.