Artículo original de El Debate
por Roberto Esteban Duque
El uso instrumental que el Gobierno está haciendo de las víctimas no acierta el pueblo a descubrirlo, pero está obligado a no vivir en tinieblas, en una penumbra infinita y en una ambivalencia fundamental, aunque buena parte de la oscuridad la haya provocado la propia Iglesia con los actos patológicos del clero, en una lacerante contradicción entre lo que debiera ser una unidad entre el ministerio y la vida.