Artículo original de El Debate
por Fernando Lostao Crespo
Las incoherencias son sublimes, en una época en las que nos cansamos de oír hablar de derechos y conquistas sociales, y de sociedad del bienestar, se prima la eutanasia por encima de los cuidadosos paliativos; se protege de modo desmedido a los animales, mientras se «progresa» en la desprotección de la vida del concebido no nacido, hasta llegar a la locura de penalizar a quien reza delante de un «abortorio», o anatemizar a quien pretende que simplemente se ofrezca, de modo voluntario, la escucha del latido fetal; se empuja una ley «trans», en contra de todo el mundo, incluso el feminista, y cuando todos los países que implantaron este tipo de legislación, están haciendo el camino de vuelta, reformando sus legislaciones, aunque sólo sea para evitar la marea de demanda de indemnizaciones por daños y perjuicios que se les avecinan.