Juan Manuel de Prada en Revista Misión
Si algo nos enseña el estudio de la naturaleza humana es que su vocación religiosa es irrefrenable; incluso quienes ingenuamente se creen ateos, no hacen otra cosa sino desviar su vocación religiosa hacia ídolos a los que entregan todas sus potencias, llámense dinero, sexo o ideología (suponiendo que no sean todos el mismo ídolo).