Artículo original de: El Debate
Por Ana del Pino
Un fenómeno sombrío y silencioso se ha convertido en una triste realidad: el suicidio ocupa el lugar de primera causa de muerte en España, según datos proporcionados por el INE.
Concretamente, en el año 2022 se produjeron 4.227 fallecimientos por este motivo, lo que supone un incremento del 5,6 % respecto al año precedente según refleja el informe de defunciones según la causa de muerte publicado por el INE. El informe destaca asimismo que el suicidio se mantiene como la primera causa externa de defunción en España desde 2008.
Según el informe, entre enero y junio hubo 8.444 fallecimientos por causa externa, de los 1.967 fueron suicidios (el 75,2 % hombres y el 24,8 % mujeres). Además de 1.811 caídas accidentales, 1.794 ahogamientos y 760 accidentes de tráfico. En este apartado, el informe revela que la principal causa de muerte entre los hombres fue el suicidio (1.480)
El suicidio es un fenómeno complejo y multifacético, impulsado por una interacción de factores genéticos, biológicos, psicológicos, sociales y ambientales. El estrés crónico, los trastornos mentales no tratados, la soledad, la falta de apoyo social y los problemas económicos son solo algunos de los elementos que contribuyen a este oscuro panorama.
El aumento del suicidio no solo representa una pérdida de vidas, sino que también tiene consecuencias significativas para la salud mental y el tejido social. Las comunidades se ven afectadas por la pérdida de seres queridos y la estigmatización que rodea al suicidio, lo que a menudo impide que quienes necesitan ayuda, la busquen.
Debemos abordar la gravedad de esta situación explorando sus causas subyacentes, sus impactos emocionales y sociales, así como las medidas necesarias para hacer frente a este problema de salud pública. Para ello es esencial explorar cómo los fundamentos y la Fe pueden desempeñar un papel crucial en la prevención y el apoyo para aquellos que luchan contra la desesperación. La conexión entre la espiritualidad, la Fe y la salud mental, son dimensiones que nos ofrecen esperanza en momentos de oscuridad.
Si bien en NEOS defendemos que la sociedad necesita volver a los fundamentos para encontrar un camino, una brújula, esta necesidad se aplica con mayor motivo a nivel individual. La Fe, la religiosidad y la dimensión espiritual del hombre, nos sirven como ancla en tiempos de tormenta. La creencia en algo más grande que uno mismo nos proporciona una base sólida que fortalece la resistencia y la capacidad de superar adversidades.
Las comunidades religiosas y de Fe son un recurso invaluable para aquellos que enfrentan desafíos mentales. La solidaridad y el apoyo que ofrecen pueden contrarrestar la soledad y la alienación, factores de riesgo importantes en el suicidio.
La Fe infunde una perspectiva de esperanza, recordando que cada vida tiene un propósito y valor intrínseco. La promoción de ese mensaje de esperanza, como motor de la vida en las comunidades contribuye a cambiar la narrativa en torno a la salud mental.
Las comunidades de fe tienen la oportunidad de liderar el camino en el diálogo abierto sobre la salud mental y el suicidio. Al desestigmatizar estos temas, se crea un ambiente más propicio para que las personas busquen ayuda sin temor al juicio.
Los recursos espirituales tales como, la oración, la meditación y la reflexión pueden ser herramientas poderosas en la prevención del suicidio. Fomentar prácticas espirituales que promuevan la paz interior y la conexión con algo más allá de las dificultades inmediatas es beneficioso.
La colaboración entre comunidades religiosas, profesionales de la salud mental y la comunidad en general es esencial. Un enfoque interdisciplinario puede abordar de manera más efectiva las complejidades de la salud mental y brindar apoyo integral.
Por todo ello, en un momento en que el suicidio se ha convertido en una triste realidad en España, los fundamentos y la Fe nos ofrecen una luz en la oscuridad. Al integrar la espiritualidad en la conversación sobre la salud mental, podemos construir comunidades más compasivas, desestigmatizar el suicidio y proporcionar apoyo crítico para aquellos que lo necesitan. La conexión entre los fundamentos y la Fe son un faro de esperanza en la lucha contra el oscuro espectro del suicidio.
En esta Navidad 2023, el Verbo encarnado en el Niño Jesús, ha sido es y será la Esperanza para superar los momentos de dificultad en nuestra Nación, en España en general y en cada uno de nosotros como seres únicos e irremplazables, en particular.
«La Navidad es un recordatorio de que, incluso en la oscuridad más profunda, la luz de la esperanza y la redención puede brillar con fuerza.» G.K. Chesterton