Artículo original de ABC de España
Por Isidro Catela
La esperanza cristiana no es «aún no, pero en el futuro sí». sino «ya sí y en el futuro, más». Nos diría Laín Entralgo que no se trata solo de aguardar, sino también de confiar; de no reducir la esperanza a espera. como si todo el porvenir, lo que por venir está, acabara en el colocón del ‘juernes’. Lo que hacemos y lo que tengamos que hacer, aquello en lo que habremos de comprometernos, es ya para este mundo, precisamente porque es para el Reino. La tarea requiere volverse hacia el cielo sin huir de la tierra. Quien se afana a la tierra sin mirar al cielo, a menudo promete regeneración sin resurrección, o sea una filfa, una paparrucha, un bulo.