Artículo original de El Confidencial
Decida lo que decida, su «carta a la ciudadanía» le sirve para cualquiera que sean sus pretensiones. Si renuncia, porque lo hará envuelto en un falso martirologio; si se queda, porque fundará nuevas e inquietantes medidas de liquidación de la discrepancia supuestamente legitimado en el orquestado plebiscito que le reclama su permanencia.