Artículo original de: El Debate
por: Juan Ignacio de los Mozos Touya
En el pomposo escenario del Palacio de Versalles los siniestros sacerdotes de una religión sin Dios decidieron por una aplastante mayoría resolver de una vez por todas los graves problemas que aquejan a Francia con una extraordinaria medida taumatúrgica: la eliminación de los no nacidos, eso sí, disfrazada de libertad de la mujer.