Después del debate electoral en Francia de ayer, y por la importancia que el país galo tiene para toda Europa, confirmamos con especial preocupación, cómo se están ignorando las cuestiones esenciales –algunas realmente de vida o muerte– que afectan a los ciudadanos; que se están olvidando expresamente las raíces que han configurado el viejo continente y que se está obviando asimismo el significado profundo de la crisis que vivimos; una crisis que, antes que política o económica, es antropológica y ética.
Para NEOS, resulta desolador ver cómo los debates se plantean de manera reactiva, a la contra, en una batalla que parece librarse entre los anti Macron y los anti Le Pen, entre la nación y la globalización. Se echa en falta una propuesta valiente, que vaya al fondo de lo que nos sucede, que apueste por la regeneración y el rearme moral, que no desprecie la genuina y fundante dimensión religiosa de Europa y que apunte hacia el objetivo de una convivencia fraterna entre europeos, que pase a su vez por la reconciliación entre ellos y que huya de toda polarización social. Este ha de ser el horizonte, aunque, en el terreno estrictamente político, nadie se atreva a decirlo ante el temor de que así no se ganen elecciones.
Por ello, NEOS, alternativa cultural basada en los fundamentos cristianos, ve con preocupación el clima que se está generando, previo a la segunda vuelta de las elecciones generales en Francia del próximo domingo.
Sin meternos en quién ha ganado el debate ni saber quién va a ganar las elecciones, lo único claro en esta tesitura es quiénes somos los que perdemos: los europeos, en general, y los franceses, en particular, que asistimos atónitos a un espectáculo síntoma de la decadencia que sufre la propia Europa y que contribuye, por desgracia, al descrédito de la clase política.
La gravedad de la situación nos ha de servir, en cambio, como acicate. Es hora de recordar aquel grito valiente y esperanzado que san Juan Pablo II nos lanzó, cuando en 1982 nos invitó, desde Santiago de Compostela, “a ser nosotros mismos, a reencontrarnos, a reconstruir la unidad espiritual que llevó a fundación europea, sin pesar por la evidente pérdida cuantitativa de la propia grandeza en el mundo, o por las crisis sociales y culturales que tanto nos afectan ahora. El trabajo de reconstrucción solo será posible si identificamos bien los problemas, avivamos las propias raíces y nos creemos de verdad que todavía podemos ser faro de civilización y estímulo de progreso para el mundo”.
A pesar del tiempo transcurrido, estas palabras nos siguen impulsando a actuar en la actualidad, a defender los valores cristianos de Europa. Por eso NEOS participará el próximo día 7 de mayo en Bruselas, corazón político de Europa, en un importante acto en defensa de los fundamentos cristianos de nuestra civilización. Este encuentro liderado por One of Us reunirá a más de un centenar de asociaciones de toda Europa para dar voz a una sociedad cada vez más atacada.