El Consejo de Ministros aprobó el 1 y el 29 de marzo, respectivamente, los Reales Decretos que recogen los currículos aprobados para Educación Primaria y Educación Secundaria Obligatoria (ESO), colofón de la Ley de Educación – LOMLOE o Ley Celaá – aprobada el pasado 29 de diciembre de 2020.
Estas medidas suponen una vuelta de tuerca más que pone de manifiesto como el sectarismo ideológico de este gobierno no se detiene a la hora de establecer los contenidos de la enseñanza obligatoria:
Como miembro de la plataforma cultural NEOS no puedo más que alertar de cómo la asignatura de Historia queda absolutamente desvirtuada. Desaparece cualquier criterio cronológico, pero se intenta excluir del currículo todo lo que no haya ocurrido en los últimos siglos. Esto es dañino en cualquier país, pero en España es verdaderamente letal. Parece que no se quiere que los jóvenes españoles conozcan una parte especialmente gloriosa y decisiva de la Historia de su Patria.
Por otra parte, el currículo de Historia se convierte en una selva pedagógica impenetrable donde se mezclan el revisionismo histórico, el buenismo, el arrepentimiento por lo que hicimos o dejamos de hacer hace cinco siglos, la ideología de género, la alianza de las civilizaciones y, por qué no decirlo, una innegable cursilería.
A pesar de las manifestaciones previas de Pedro Sánchez, su reforma educativa supone un nuevo deterioro de las Humanidades, incluyendo a la desaparecida asignatura de Filosofía, algo que hará a los jóvenes menos críticos ante la realidad social, más fáciles de adoctrinar por la ideología oficial y más sumisos ante los Gobiernos de izquierda que la promueven.
Pero que este último atropello legislativo no nos haga olvidar todo lo que ya destrozaron con su ley Celaá / LOMLOE, que constituía un grave paso atrás en la libertad, la equidad y la calidad de la Educación, un ámbito donde, al contrario que en la Economía, los errores se perciben al cabo de algún tiempo, cuando ya han causado daños irreparables a los jóvenes y a su futuro y cuando a los responsables de esas equivocadas reformas sólo les queda buscar coartadas o eximentes por sus erróneas decisiones.
Entre los mayores defectos de la LOMLOE cabe citar:
a) Se vulnera el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos. Un derecho amparado no solo por el artículo 27 de la Constitución Española sino por seis tratados internacionales, a los que el artículo 96 de nuestra Constitución otorga rango de ley interna:
b) El español deja de ser lengua vehicular en todo el territorio de España. Semejante barbaridad, inconcebible en otros países occidentales, no se encontraba tampoco en la Constitución de la II República, tan añorada por algunos,
c) Se reduce a la Enseñanza Concertada a un papel subsidiario y pronto marginal, despreciando no sólo el derecho de elección de los padres sino el empleo eficiente de los fondos públicos, en un momento en que nuevas necesidades de emergencia social derivadas de la pandemia y de la crisis energética requieren un esfuerzo especial del erario público. Según datos oficiales, el gasto público por alumno de la concertada es inferior en un 46% al Gasto público por alumno en un centro público.
e) No se respeta el derecho de elección de los padres que optan por la educación diferenciada de sus hijos. Sí que lo hizo el PSOE cuando concertó 30 de los 102 colegios concertados de educación diferenciada de España y cuando en el debate de la LOE (2005-2006) votó en contra de sendas enmiendas de Izquierda Unida en Congreso y Senado, que prohibían concertar centros de educación diferenciada.
f) En una demostración de ese sectarismo que niega al adversario político cualquier iniciativa positiva, la LOMLOE llega hasta suprimir la disposición de la normativa anterior que permitía establecer planes de centros prioritarios para apoyar especialmente a los centros que escolaricen alumnado en situación de desventaja social. Un verdadero atentado a la equidad en la Educación.
f) Hay además una falta de empatía con los padres y los menores con discapacidad, a los que se quiere sacar de los centros de educación especial, para llevarlos a centros ordinarios, inadecuados para muchos de ellos. Nadie como los padres de estos menores sabe dónde están más felices y mejor escolarizados, según sus necesidades.
g) Se desalienta el esfuerzo en los alumnos, olvidando que la exigencia en la educación obligatoria es la mejor garantía de la igualdad de oportunidades para aquellos alumnos de familias y entornos desfavorecidos, cuyos padres no podrán compensar como otros con más recursos los defectos de la enseñanza oficial. Ahora los suspensos no serán un obstáculo para pasar de curso e incluso para terminar la ESO o el Bachillerato.
Desde la plataforma cultural NEOS seguiremos apoyando a los jóvenes para que conozcan nuestra historia, alentaremos su espíritu crítico y les motivaremos para que, en el ejercicio de su libertad, busquen siempre la verdad.